Por Salvador Ríos
LALO EMPODERA A LA DOÑA
Al interior del Partido Acción Nacional, entre los militantes que se sienten con los talentos y merecimientos para ocupar un cargo en la administración municipal de Eduardo Rivera Pérez, simplemente porque fueron de los más cercanos durante la campaña, predomina una confusión propiciada por el propio edil electo.
Eduardo Rivera, digámoslo así, no se ha preocupado por abrir una ventanilla única y a título personal para recibir los curriculums de los políticos interesados en ser tomados en cuenta para la futura administración municipal, que entrará el 15 de febrero próximo.
El hermetismo del alcalde para la selección de los perfiles y el planteamiento directo que le hizo a la ex aspirante a la gubernatura, Ana Teresa Aranda Orozco, para que esta le hiciera llegar nombres de los potenciales funcionarios, han convertido a ‘la Doña’ en una especie de agencia de colocación.
Quienes conocen del tema cuentan que muy hábilmente, Ana Tere le ha hecho creer al edil panista que gracias a los 170 votos que presumiblemente le concedió en la selección interna del candidato del PAN, que dejó fuera de la jugada al senador Humberto Aguilar Coronado, es ahora el que gobernará en el Palacio de Charlie Hall.
Por eso, los panistas no saben si gestionar su inclusión de manera directa con Lalo Rivera o mediar con la ex subsecretaria de Gobernación federal.
Tal vez por ello se explique que el diputado Enrique Guevara Montiel haya optado por la vía de la declaración mediática, para ser tomado en cuenta por quien se supone lo tiene ubicado en su burbuja más cercana. Y es que su nombre, como usted sabrá, no apareció en el equipo de transición municipal presentado el miércoles pasado.
Si el sello de Ana Tere queda lo suficientemente impregnado en los hombres y mujeres que finalmente elija Eduardo Rivera para su gabinete ¿no vendrá esto a enfriar la relación, de por sí no tan buena, que existe con el gobernador electo Rafael Moreno Valle?
Ahora entenderá usted a qué se refirió Ana Tere el pasado 16 de octubre con aquello de ofrecer sus “consejos” a Eduardo Rivera y al gobernador entrante, si se lo pedían. El primero ya se lo hizo patente y el segundo, pues ni de chiste lo hará.
Desmemoriados
Resulta que, en abril del 2008, el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla, que dirige Pedro Ocejo Tarno, lanzó una rimbombante convocatoria para ensalzar pasajes históricos de los poblanos mediante la inscripción de textos para preservar la memoria popular del siglo pasado; luego de una selección, los diez mejores se publicarían en el libro, intitulado “Puebla en la Memoria”.
Sin embargo, a dos años de que el jurado eligió a los ganadores, parece que a los organizadores se les olvidó cumplir con la publicación de este material; dicen que en diciembre, para el cierre de la administración municipal, ahora sí, saldrá a la luz la edición del compilado, ¿Será?.
Nos leemos -en lo que llevo mi currículum a la doña- el próximo miércoles.
Al interior del Partido Acción Nacional, entre los militantes que se sienten con los talentos y merecimientos para ocupar un cargo en la administración municipal de Eduardo Rivera Pérez, simplemente porque fueron de los más cercanos durante la campaña, predomina una confusión propiciada por el propio edil electo.
Eduardo Rivera, digámoslo así, no se ha preocupado por abrir una ventanilla única y a título personal para recibir los curriculums de los políticos interesados en ser tomados en cuenta para la futura administración municipal, que entrará el 15 de febrero próximo.
El hermetismo del alcalde para la selección de los perfiles y el planteamiento directo que le hizo a la ex aspirante a la gubernatura, Ana Teresa Aranda Orozco, para que esta le hiciera llegar nombres de los potenciales funcionarios, han convertido a ‘la Doña’ en una especie de agencia de colocación.
Quienes conocen del tema cuentan que muy hábilmente, Ana Tere le ha hecho creer al edil panista que gracias a los 170 votos que presumiblemente le concedió en la selección interna del candidato del PAN, que dejó fuera de la jugada al senador Humberto Aguilar Coronado, es ahora el que gobernará en el Palacio de Charlie Hall.
Por eso, los panistas no saben si gestionar su inclusión de manera directa con Lalo Rivera o mediar con la ex subsecretaria de Gobernación federal.
Tal vez por ello se explique que el diputado Enrique Guevara Montiel haya optado por la vía de la declaración mediática, para ser tomado en cuenta por quien se supone lo tiene ubicado en su burbuja más cercana. Y es que su nombre, como usted sabrá, no apareció en el equipo de transición municipal presentado el miércoles pasado.
Si el sello de Ana Tere queda lo suficientemente impregnado en los hombres y mujeres que finalmente elija Eduardo Rivera para su gabinete ¿no vendrá esto a enfriar la relación, de por sí no tan buena, que existe con el gobernador electo Rafael Moreno Valle?
Ahora entenderá usted a qué se refirió Ana Tere el pasado 16 de octubre con aquello de ofrecer sus “consejos” a Eduardo Rivera y al gobernador entrante, si se lo pedían. El primero ya se lo hizo patente y el segundo, pues ni de chiste lo hará.
Desmemoriados
Resulta que, en abril del 2008, el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla, que dirige Pedro Ocejo Tarno, lanzó una rimbombante convocatoria para ensalzar pasajes históricos de los poblanos mediante la inscripción de textos para preservar la memoria popular del siglo pasado; luego de una selección, los diez mejores se publicarían en el libro, intitulado “Puebla en la Memoria”.
Sin embargo, a dos años de que el jurado eligió a los ganadores, parece que a los organizadores se les olvidó cumplir con la publicación de este material; dicen que en diciembre, para el cierre de la administración municipal, ahora sí, saldrá a la luz la edición del compilado, ¿Será?.
Nos leemos -en lo que llevo mi currículum a la doña- el próximo miércoles.
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