Muy sigilosamente y casados con sus orígenes
priistas, de hueso colorado, los integrantes del Sindicato de Trabajadores y
Empleados al Servicio de los Poderes del Estado de Puebla, encabezado por Héctor Posadas Manzano aceitan su
estructura de operadores electorales para el 1 de julio.
Lo hacen, esta vez, sin una coordinación ni
entendimiento con Fernando Morales
Martínez, quien cobra como dirigente estatal del Revolucionario Institucional.
Para variar, desde su interinato, se truncó el
histórico vínculo entre la agrupación sindical y el tricolor.
El representante de
los burócratas ha dicho a sus representados que el canal de comunicación es el
delegado del Comité Ejecutivo Nacional, Héctor
Hugo Olivares, al que le prometió sacar a votar a la base trabajadora y a
sus familias.
Y esa tarea tiene dos
realidades.
Una, tiene que ver
con el encanto discursivo de Andrés
Manuel López Obrador hacia un sector, reducido, pero significativo, de
burócratas que ha rechazado la operación priista y, por el contrario, sumarse
con su voto a favor del tabasqueño.
La otra, que buena
parte de los trabajadores de base que le apostaron al cambio en 2010, son
convencidos fácilmente para que vuelvan al redil del PRI, tras el resentimiento
que dejó en sus bolsillos la eliminación de compensaciones.
Esta es una de las
razones por las que el convencimiento le resulta más sencillo a Posadas Manzano
que a su homólogo municipal Israel
Pacheco Velázquez, quien, ya sabe, recurre a la coerción para sus fines
electoreros.
De más está decir que
la influencia panista es imperceptible entre los trabajadores del gobierno.
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Hablando de ellos, a
fin de mes se espera que el sindicato de burócratas presente su pliego
petitorio a la parte patronal pero le puedo adelantar que la solicitud de
incremento salarial no llegará a los dos dígitos, será incluso menor al 9 por
ciento; la expectativa es lograr el 4.5 por ciento.
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Eso de la
modernización del Instituto Registral y Catastral del Estado de Puebla no ha
dejado de ser un bonito discurso que seguramente no convenció a decenas de
usuarios que ayer se dieron cita en el Registro Público de la Propiedad y de
Comercio de Puebla.
Desde las 9:00 horas,
en las oficinas de la 7 norte 1006, los ciudadanos que pretendían realizar
alguna consulta se toparon con que el sistema se había caído, lo que fue
recurrente hasta por ahí de las 14:30 horas.
Lo peor es que no es
la primera vez y que las afectaciones se reproducen en las 21 oficinas que se
encuentran repartidas en todo el estado.
¿No se supone que el incremento exponencial de 65 a
500 pesos aprobado este año para las consultas serviría para una reingeniería y
desarrollo de sistemas sofisticados para el catastro y el Registro Civil?
Está por cumplirse medio año de las tarifas
ajustadas, bien valdría la pena conocer la postura del titular del instituto, Alejandro Manuel Pagés Tuñón, para
saber qué es lo que detiene el ambicioso proceso de modernización.
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En los pasillos de la Secretaría de Servicios
Legales y Defensoría Pública soplan vientos de cambio; sus trabajadores no
dejan de murmurar sobre un rumor que va cobrando fuerza y que de ser cierto se
cristalizaría muy pronto, tan pronto como los días que le faltan a este mes.
Los enterados cuentan que en cuestión de semanas se
estaría realizando un cambio de primer nivel en la administración estatal y que
el afectado sería el titular de la dependencia, Juan Pablo Piña Kurczyn.
La causa, una presunta desavenencia, que ha ido “in crescendo”,
con el jefe de Gabinete, Fernando
Manzanilla Prieto, no de ahora, sino desde, prácticamente, el inicio de la
administración.
Lo espero el próximo miércoles.
En Twitter @elsalvadorrios
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