Víctor Cervantes |
Hace cuatro años, cuando buscaba el voto, Víctor Cervantes Rosas agradecía de mano en mano el respaldo y simpatías de cientos de trabajadores de la armadora Volkswagen, prometía velar por los intereses de la base y navegaba con la bandera de “no a la reelección” (de José Luis Rodríguez Salazar, ahora se entiende).
Hoy, que busca repetir en el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen de México, la prepotencia, el despotismo, las amenazas de despido y el control de las 500 plazas que se ganaron en la pasada negociación con la empresa, son los referentes de su liderazgo.
Y mire la forma en que construye su permanencia en la representación.
Ayer se cumplieron dos meses, desde que se conjuró la huelga en la armadora, donde, entre otras cosas, los trabajadores obtuvieron la afirmativa para entregar base a 500 trabajadores eventuales pero es el día que no se da una sola y no porque la empresa haya puesto trabas, no.
El corporativo alemán se ha reportado listo para iniciar con la entrega de bases cuando la representación sindical lo considere conveniente y se definan los criterios para ello.
Empero fue el propio Cervantes Rosas el que le pidió a la parte patronal que aguantara un tiempo para la entrega de las plazas. Oficialmente, lo que ha dicho a los agremiados es que aún no se pone de acuerdo con la armadora sobre los criterios para la definición de los beneficiarios.
En realidad lo que “El Cañas”, como se le conoce en la fábrica automotriz, está haciendo, es negociar con la mera posibilidad de conceder base para los eventuales a cambio de votos.
La mecánica es la siguiente: el aspirante debe comprometerle su voto y el de otros cuatro compañeros mediante la entrega de copias fotostáticas de la credencial de elector.
Una versión que corre entre los sindicalizados es que el lidercillo y sus allegados anduvieron solicitando entre 35 mil y 40 mil pesos por cada puesto formal que se coloque en la lista, donde dicho sea de paso ya se habrían colocado nombres de los incondicionales o parientes de los integrantes del comité.
De acuerdo a esta especie, los directivos conocieron de estas prácticas y decidieron suspender la entrega de plazas hasta en tanto no se realicen las elecciones.
Sean peras o manzanas, el hecho es que Víctor Cervantes ha referido que las plazas se van a entregar en diciembre y será en función de los resultados que se obtengan en las elecciones del próximo 24 de noviembre.
Sobra decir que el torcido representante de la base obrera ha expresado a los cuatro vientos que aquel compañero que ose hablar mal de su persona o de su ejercicio gremial se deberá despedir de su fuente laboral pues no se tentará el corazón para forzar su despido.
De hecho, así ocurrió a su llegada cuando, misteriosamente, quienes fueron sus adversarios en la contienda electoral poco a poco fueron forzados a dejar su trabajo.
Hasta ayer, siete eran los grupos, incluido el del líder actual, los que se dibujaban para la contienda; para convertirse en planillas cada uno deberá conseguir el respaldo de mil compañeros y en esa tarea se encuentran.
Aún es prematuro pensar en un escenario de reelección; el miedo, el hartazgo y la división o unión de fuerzas jugarán un papel determinante en la contienda de la empresa más importante del estado.
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Las declaraciones de Fernando Manzanilla Prieto, secretario General de Gobierno, que ayer se publicaron en la portada de El Sol de Puebla, sobre la injerencia y peso que tendrá el gobernador Rafael Moreno Valle en la designación de los candidatos en el PAN, resultaron hasta una obviedad entre algunos liderazgos de ese partido.
Dicen que el Comité Ejecutivo Nacional dará el debido peso al mandatario estatal fundado en un temor, el de no recibir el crucial apoyo en la campaña del próximo año, en caso de que no sean incluidas sus cartas.
Hasta el próximo miércoles
salvadorrios@hotmail.com
Twitter: @elsalvadorrios
Que corrupcion caray, a veces me pregunto, como va a avanzar el pais con personas como estas en todo lado.
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