martes, 4 de marzo de 2014

Las posiciones que no logró Manzanilla

Mucha tinta se ha utilizado para plasmar las desavenencias que existieron o existen entre el ex secretario General de Gobierno y desertor de una diputación plurinominal Fernando Manzanilla Prieto y el morenovallismo.    
Unos ven sinceridad en su activismo dentro del PAN por camino distinto al del gobernador del estado y otros conservan dudas sobre la existencia de un auténtico rompimiento.  
La realidad es que sus allegados no son bien vistos por el grupo en el poder y los ejemplos son cada vez más visibles. 
Además de los despidos, naturales, durante el cambio de una administración a otra, de un equipo de trabajo por otro, en el Ayuntamiento de Puebla se han suscitado otros que pudieran suscribirse como un daño colateral a partir de la postura de manzanilla por transitar por distinto camino al del inquilino de Casa Puebla. 
Son dos despidos correspondientes a dos posiciones con las que se daba por satisfecho el también promotor de la felicidad.
Uno de esos espacios lo pidió para Francisco López Sierra, quien se desempeñó como su secretario particular cuando estaba en la Secretaría General de Gobierno y lo siguió en la coordinación.
El trato era que López Sierra se convirtiera en el secretario privado del alcalde y en términos estrictos así fue. Cumplió tales funciones a partir del 15 de febrero, fecha del arranque de la administración, continuó el 16 pero al día siguiente le dijeron que muchas gracias pero que ahí no podía estar.
Aunque oficialmente está fuera de la nómina del gobierno municipal, le han prometido que los reubicarán en otra área, ya se verá.                   
El otro el de Miguel Abad Carrillo, quien fungió como asesor en la coordinación de transición del Ayuntamiento de Puebla y posteriormente se integró a la Oficina de la Presidencia encabezada por Héctor Hernández Sosa, con quien trabajó de la mano en la campañadel entonces candidato Antonio Gali Fayad.
El pecado de Abad fue no bajarse de la lista de aspirantes a consejeros del Consejo Nacional del Partido Acción Nacional cuando se lo solicitaron de manera imperativa mediante llamadas telefónicas provenientes de alguna oficina gubernamental. Y tan no se bajó de la contienda que su nombre apareció en la lista que se votó el pasado 23 de febrero.            
Hoy Abad se mantiene cercano de Manzanilla en la complicada estrategia del equipo de Ernesto Cordero y Juan Manuel Oliva para disputarle la dirigencia del PAN Nacional a Gustavo Madero.   
Dicen que Gali intentó respetar los acuerdos con el que fuera su coordinador de campaña, pero una fuerza superior lo obligó a reconsiderar los compromisos.    
***
Al buzón del reportero llegó un mail de un contador que coincide con lo expuesto la semana pasada en este espacio en el sentido de las dificultades que auditores externos de pequeños despachos tienen para conseguir contratos de los ayuntamientos municipales cuyos presidentes piden a cambio un “anticipo” en efectivo, equivalente al costo del primer año de auditoría.   
Le reproduzco unos fragmentos: 
“Mientras la Auditoría Superior del Estado no designe por sorteo qué integrante del padrón realiza tal auditoría a tal municipio o entidad y mientras no sea la propia Auditoría, por medio de la Secretaría de Finanzas, la que realice los pagos correspondientes a honorarios por las auditorías externas no se logrará el objetivo de la llamada transparencia pues hoy en día hay una dependencia e injerencia de los presidentes municipales o directores de las entidades”.      
“Así que de nada sirve depurar el padrón de auditores externos y poner restricciones de parte de la ASE para integrar el padrón de Auditores Externos. Y en efecto, como usted lo dice, si los alcaldes están pidiendo su mochada para contratar a nuestros despachos y peor aún, si hay quienes le entran a estas prácticas, ¿Qué se puede lograr con esas auditorías? ¿Tendrán algún valor?”        
Hasta el próximo miércoles.
Twitter: @elsalvadorrios

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