martes, 11 de junio de 2013

De los 2 puntos entre Agüera y Gali

Las campañas de lodo, por decirlo decorosamente, que desde ambos equipos se lanzan, dan cuenta de una sola cosa: tanto Enrique Agüera Ibáñez como Antonio Gali Fayad no llevan la ventaja que públicamente sostienen sobre sus adversarios.

Información que proviene de ambos cuartos de guerra alimenta, según sea el caso, que sus respectivas ventajas serían de entre dos y seis puntos en tracking diario, nada más cercano al empate técnico.     
De hecho, tanto las gráficas del equipo de Puebla Unida (PAN, PRD, Panal y CPP) como de 5 de Mayo (PRI- Verde) han comenzado a marcar líneas prácticamente horizontales, donde ambos candidatos parecen haber llegado a su cresta de intención de voto.

De ahí, la insistencia en los últimos días de sacar lo peor, mediante mecanismos alternos al discurso de los propios candidatos que cuidan las formas para no verse afectada su imagen; el propósito ya no es evitar que el adversario suba sino tumbarlo de su línea de aceptación.  
A 26 días de la jornada electoral el porcentaje de indecisos ha bajado del rango de los 30 puntos y comienza a reportarse hacia los 25 puntos pero que en términos de la distribución de simpatías no permite una tendencia definida a favor de uno de los dos punteros.

Una fuente del tricolor que tiene acceso al tracking diario sostiene que a mediados de la semana pasada, entre el 4 y el 6 de junio, tanto su candidato, el de 5 de Mayo, como el de Puebla Unida estuvieron en el extremo más cercano de distancia, a tan solo dos puntos de distancia.         
La versión optimista en el PRI es que Agüera tiene una ventaja de tres ó cuatro puntos.

Entre los que saben de la medición del día a día en el equipo de Gali Fayad aseguran que si bien su candidato se encuentra arriba en las preferencias, la realidad es que en ocasiones la distancia se ha logrado estrechar hasta en dos puntos, nunca lo ha rebasado, dicen, pero la realidad es que las fluctuaciones van muy parejas.

Del lado de los panistas creen que el voto que se esconde, les favorecerá como históricamente aseguran, les ha favorecido y que los números aprobatorios del gobernador vendrán a darles el empujón deseado para el triunfo.     
Quizás de ahí se entienda que iniciada esta semana, la estrategia de Puebla Unida, tanto en los spots como en el discurso del candidato a la alcaldía comience a revivir el fantasma de Mario Marín, que dicho está de paso, mantiene altísimos niveles de rechazo.

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Dado lo cerrado de la contienda, un error durante las dos semanas que vienen puede ser la diferencia entre el triunfo o la derrota y si no es así, la definición pasará al terreno de la movilización, las estructuras, el acarreo, compra de votos e incluso, un riesgo que ambos bandos tienen presente (a fin de cuentas los dos tienen sangre priista), el enfrentamiento violento.  

Los del PRI alegan que sus adversarios, carentes de una estructura propia, les andan robando o acosando a sus cuadros, lo mismo promotores que abogados o representantes ante los comités distritales.  

Mientras que su contraparte panista sostiene que el colmillo retorcido de los priistas encamina sus baterías a construir (¿o reforzar?) la percepción de que el aparato gubernamental estatal, municipal y electoral juega a favor del candidato Antonio Gali.      

Por lo pronto, un tema que será clave en los días por venir es el del debate. Si Agüera no asiste al de Actívate por Puebla será blanco fácil para las críticas ante una silla o atril vacío y todo lo que implica.  Se verá además qué tal reacciona el desprestigiado Instituto Electoral del Estado (IEE) a la petición del candidato para que le entre a un debate al que no está obligado pero cuya postura también puede pegar en el imaginario colectivo.      

Hasta el próximo miércoles.


Twitter: @elsalvadorrios                        

 

 

 

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